Enero17

lunes, 13 de marzo de 2017

Los Amayitas . (Capitulo I)



Capítulo 1

Te voy a contar tu historia, la mía, la de nuestros hijos y nietos, no hay más que datos que recuerdo, que me contaron, que interpreté y que viví.
Toda historia, cuenta con varios elementos a considerar para comprenderla, para poder asimilar todos los elementos que la conforman, hay que saber de lugares, fechas, y personajes, así te cuento parte de tu historia.






En El Salvador existe un departamento llamado San Miguel el tercero más importante después de la capital del país; ese departamento se divide en varios municipios, uno de los 20 municipios es Carolina, muy cerca de Honduras, un lugar famoso por que tiene géiser, lugares de donde brota agua caliente que se mezclan con el rio Torola, único lugar del país con algo tan espectacular.
 Ahí nació y vivió parte de su vida María Dolores Amaya, en la última década del siglo 19. (1890) El presidente de El Salvador en esa época era Tomás Regalado, el presidente que en un trapiche en Santa Ana siendo joven, perdió una mano, y se le conocía como el cuto Regalado. Épocas de tranquilidad social en el país, habían movimientos migratorios por las cortas de café y la agricultura; no fue esta la razón que hizo que Dolores Amaya (Lola) se fuera de su pueblo Carolina, a vivir a un cantón de Ciudad Barrios, ella siendo una mujer que había estudiado, que sabía leer y escribir y que además era poseedora de una biblioteca médica muy útil, no se movió de su hermoso pueblo por trabajo sino por amor, contrajo nupcias con Irene Ayala, primo hermano de Marcos Ayala a quién más adelante describiremos con detalle.




Irene Ayala y Dolores Amaya, se casan y procrearon varios niños:
Lazaro Ayala (Tío Lacho)
José
Adela (tía Colocha)
Ana Dolores (Tía Lita)
Matilde
Y se embaraza nuevamente, cuando a sus seis meses de embarazo, su esposo Irene se dirige a trabajar a los potreros y en la rosa y quema tan común en las labores agrícolas, Irene Ayala queda encerrado en el humo producto de su trabajo y muere asfixiado. Dolores tiene a su último hijo producto de este matrimonio, el niño fue llamado Pedro.
Una mujer viuda, con educación y cinco niños, pareciera no ser buena candidata para nuevas nupcias, pero siendo joven y bonita, heredera de terrenos grandes de su primer esposo,  volvió a casarse con Segundo Portillo, un hombre del que poco o nada se supo de su familia u orígenes, era pobre, contrario al primer esposo, esté no tenía dinero, ni terrenos, solo era buena persona.
Dolores (Lola), era una mujer de temperamento fuerte, su educación y su origen de mujer de pueblo la hacían ser dueña de la situación, cuando se embaraza y empieza a tener hijos con Segundo, le aclara que sus hijos llevaran su apellido … Amaya, porque el apellido Portillo no le gusta, porque para ella ese apellido evoca una puerta de un potrero y no un apellido.


Así las cosas, los hijos que procrea con él se apellidan como ella, estos niños son:
Bernardino (Tio Nando)
Isabel (Tia Chavelita)
Isaura (Tía Chagua)
Y Eduardo (papá) que es el último hijo de ella, o como le llamaban en esos lugares el “asuro”, él por ser el chiquitín, debía cuidar a su mamá hasta que muriera.
Eduardo Amaya nació un 14 de agosto de 1914, ese año debe hacerte ruido, hacía unos días atrás el 28 de julio de 1914 había comenzado la primera Guerra Mundial y aunque fue declarada y vivida en Europa, sus efectos se hicieron sentir en El Salvador.

Eduardo quedó sin padre muy pequeño, tan pequeño estaba que él no lo recordaba, era su hermano Pedro, el  último hijo del primer matrimonio de la Abuela Lola quién le  contaba lo buen padre que había sido para él, y le narraban que el último día de su vida, comió, pidió que le sentaran para ver los cerros, y luego que lo llevaran a la cama y ahí en total paz murió… dejando viuda por segunda vez a la abuela Lola, que se dedicó a criar a los niños y a tratar de orientar a los mayores que se perdían en el vicio del alcohol y poco ayudaban en las tareas agrícolas que tenían en casa, el que más ayudaba era el “asuro”, criando vacas, cultivando y manteniendo todo lo que había en la casa materna.

Eduardo decide casarse cuando tenía 33 años se casa con una cuñada de la Tía Chavelita, ella se llamaba Adelina, la embaraza y tienen una niña, el matrimonio no funcionó y se separan cuando la niña tenía apenas seis meses, esa niña nació en 1947 y su nombre es Luz Amaya.

*Derechos de autor


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